Feliz día de la lealtad peronista!

El miércoles 17 de octubre de 1945, fue un día paradójico que marcaría la historia de nuestro país para siempre. A raíz de la sed de justicia social, de la necesidad de mejorar las condiciones laborales, de la esperanza de que se podía forjar una Argentina digna, y de las voluntades hermanadas en un solo canto, el pueblo obrero y sindical se reunió para pedir la liberación de Juan Domingo Perón. Y ese día nacía el peronismo… 

Nacía ese partido político, el nuestro… que tantas alegrías nos ha dado, pero también tristezas. Que hasta a veces sueña con gozar de la lealtad de todos los que se dicen peronistas, pero que a veces se olvidan que ser compañero es ser lealmente incondicional con nuestra doctrina peronista. Nuestro partido es ese que fue parido desde las entrañas del movimiento obrero argentino y que por propia definición, sus bases están conformadas por los trabajadores.

Por eso, un día como hoy, en el que se conmemora la Lealtad Peronista creo que es importante reflexionar sobre dos aspectos fundamentales, y el primero es analizar cuán leal fuimos cada uno y nuestro entorno, con ese sueño renovado de “Una Argentina mejor” y con todos los valores y principios que necesitamos para alcanzarla. Y en segundo lugar, que más que un punto de reflexión, creo que es un compromiso de cada uno de nosotros como peronistas, que es devolverle los cimientos a nuestro partido, que claramente son los trabajadores; no nos confundamos.

Como dijo Raúl Scalabrini Ortíz aquél 17 de octubre refiriéndose a los miles de trabajadores que caminaban desde los confines de la zona metropolitana a la Plaza de Mayo para proclamar Presidente al entonces Coronel Perón: “Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba… Era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón.” Y era “Perón” porque desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, había puesto su punto de interés, preocupación y ocupación en los trabajadores y sus condiciones de trabajo, porque apuntaba a un país donde todos trabajasen, donde el trabajo fuese el ordenador social. 

Y ese valor primordial para el crecimiento de una Nación que concebía un movimiento político: el trabajo, fue conquistando adherentes como Leopoldo Marechal que ese primer día de la Lealtad dijo: “Vi, reconocí, y amé los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir… Era la Argentina «invisible» que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista.” 

Así que reivindicando las lealtades del peronismo histórico, aprovecho este 17 de octubre para saludar e invitar a reflexionar sobre los dos puntos: las bases de nuestro partido y la lealtad en nuestras acciones. Creo que desde la fuerza del pensamiento, la unanimidad y el coraje, podremos juntos generar esa transformación que tanto añoramos.

Un gran abrazo peronista,

Cro. Gustavo Álvarez